Se habla de “crisis de la medicina” como “cambio de paradigma” en el sentido de Thomas Kuhn. La cuestión de la crisis pasa fundamentalmente por el plano de la ambigüedad o paradoja de la presente medicina, su poderío y fragilidad, al par el progreso científico-tecnológico y la deshumanización.
En sentido moderno y objetivo, crisis pasa a ser desajuste, desequilibrio o ruptura en un proceso de la realidad.
La medicina, que por su condición instrumental y finalidad práctica incuestionable, se enroló decididamente en el positivismo, comienza a sentir la debilidad de un modelo que ya no colma sus expectativas.Paradójicamente, en el momento en que la ciencia y la técnica médicas demuestran su mayor penetración y poderío, la medicina in toto se cuestiona y autocrítica, y en esa atmósfera de escepticismo fermenta el posible cambio de paradigma. La historia crítica de la medicina actual puede resumirse en tres momentos especialmente significativos. El primero ocurre en los años inmediatamente posteriores a la Primera Guerra Mundial, cuando por primera vez se registra en la letra la “crisis de la medicina”, un movimiento de la literatura médica alemana que proponía la reforma de la medicina oficial e introducía una mentalidad neokantiana en el estatuto epistemológico de aquélla, esto es, una visión científico-cultural complementaria de la científico-natural. El siguiente punto de inflexión en el modelo biomédico se produce con la Segunda Guerra Mundial, tras la que surge justamente una “organización mundial de la salud” y el modelo sanitario propio del “Estado de bienestar”.
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