La Contraloría General de la
República realizó una extensa auditoría en la Universidad Surcolombiana (Usco),
que arrojó serios cuestionamientos frente al manejo administrativo del alma
máter. El rector de la institución académica, Eduardo Pastrana Bonilla, analizó
con LA NACIÓN los hallazgos más significativos y expuso sus argumentos frente a
la evaluación del ente de control.
Los fondos especiales, la
extensión, investigación y el fomento de la educación superior de la
Universidad Surcolombiana, fueron sometidos a una rigurosa auditoría por parte
de la Contraloría General de la República, que arrojó 37 hallazgos
administrativos: cinco con alcance fiscal por 854 millones de pesos, 21 de
connotación disciplinaria, uno con incidencia penal, uno sancionatorio y uno
último de advertencia.
Al respecto, el ingeniero Eduardo
Pastrana Bonilla, rector de la institución académica, analizó las observaciones
del ente de control y expuso los argumentos de su administración. Asimismo,
abordó aspectos polémicos que han tenido a la Usco en el ojo del huracán,
durante las últimas semanas.
Ø ¿Por qué la Usco ejecutó convenios interadministrativos con entidades
territoriales sin tener la competencia, ni la experiencia, como las
interventorías técnicas duramente cuestionados por la Procuraduría en los últimos
días?
“A la Gobernadora del Huila la
sancionaron, no porque la universidad no tuviera la competencia para los
contratos, sino porque ella no la verificó. Nosotros tenemos nuestro propio
estatuto de contratación y nunca se violó. Los procesos que realizó la
Procuraduría fueron archivados porque no se infringió la normatividad interna.
La universidad sí contrató con
terceros, pero no cualquier tercero, se contrató con egresados y en las normas
internas de cualquier entidad de educación superior, los egresados hacen parte
de la comunidad académica, al punto que tienen un representante de los
egresados en los órganos de dirección. Ese fue uno de los atenuantes que tuvo
la universidad en los análisis que realizó la Procuraduría.”
Ø ¿La universidad ya había desarrollado este tipo de contratos con
anterioridad?
“Sí, claro. Se habían realizado
contratos interadministrativos anteriormente, pero en el momento no se están
ejecutando porque para las entidades territoriales la Ley 80 fue modificada por
la Ley 1150. Según la nueva normatividad, para celebrar estos contratos se
tiene que verificar la existencia de la competencia por parte de la
universidad, representada por lo menos en programas académicos.”
Ø La Contraloría también cuestionó estos contratos…
“En el informe de la Contraloría
se cuestionaron los convenios interadministrativos para la capacitación de
docentes, por una supuesta falta de competencia de la universidad. Pero,
teniendo una Facultad de Educación que tiene la misma existencia del alma máter
y que ha formada a más de ocho mil egresados, ¿no tiene la Usco competencia
para formar docentes? Esto se cae de su peso.”
Ø Hay un hallazgo de la Contraloría que tiene carácter penal y se
relaciona con el traslado de unos fondos de una cuenta a otra. ¿Qué pasó?
“La verdad, no entiendo la
observación. Hace cerca de tres años trasladamos unos recursos en cumplimiento
de una instrucción interna de la universidad. De una cuenta corriente se
pasaron los fondos a una cuenta de ahorros para generar dividendos, mientras
los recursos eran ejecutados. En su momento la Procuraduría y la Fiscalía
determinarán si hubo dolo o no en ese procedimiento.”
Ø La Contraloría dice que no se tienen identificados proyectos por 778
millones de pesos. ¿Qué pasa con esos recursos?
“Es uno de los aspectos más
complejos de la auditoría. En el hallazgo se concluye que la universidad no
hizo inversión social en educación superior. La educación por definición es
inversión social y la universidad por naturaleza es educación superior.
Los recursos que llegaron por ese
concepto, que era 2% de devolución de los recursos del Icfes tenían que ir a
inversión. Y la universidad los ejecutó en eso. Ellos aseguran que tenían que
ejecutarse en un proyecto específico. Esta fue una observación que se realizó a
otras universidades. Nosotros no la compartimos porque no hay una norma, ni una
ley, ni ninguna reglamentación que diga que los recursos de devolución se
tienen que dedicar a proyectos específicos.”
Ø La calificación de la auditoría fue del 60.34, ubicado en el rango
deficiente, y expresó que ustedes no le suministraron la información a tiempo.
¿Por qué?
“Hay que reconocer que en algunos
casos hubo falta de diligencia de parte de algunos funcionarios, para la
entrega de la información. Pero también la misma Contraloría no cumplió con su
cartilla de auditaje, que establece que cada observación debe ser trasladada a
la entidad por mínimo cinco días, para que en este plazo se conteste. Hubo un
número importante de observaciones en los cuales no se dieron los cinco días.
Hubo negligencia de la Controlaría.”
Ø Ustedes no ejecutaron una considerable cantidad de recursos, según la
Contraloría, afectando la calidad de la educación en el alma máter. ¿Por qué se
generó esta situación?
“Los recursos diferentes a las
transferencias de la Nación, como por transferencia del Icfes, o del 2%, o del
de descuento por votaciones, entre otros, son recursos que regularmente están
llegando entre octubre, noviembre y diciembre; entonces sería para la
universidad un inconveniente adicionarlos sin tener un proyecto para
ejecutarlos. Lo que hace la universidad, es guardar esos recursos para
adicionarlos al presupuesto siguiente.”
Ø Aseguran que dejaron de ejecutar recursos por 8.792 millones de
pesos, casi el 47%. ¿Eso es cierto?
“Es cierto pero es normal en una
institución como la nuestra. Precisamente porque muchos recursos llegan en el
último trimestre del año y en la lógica de la ejecución uno podría pensar
gastémonos esa plata, pero eso sería irresponsable. Lo responsable es ejecutar
el presupuesto de manera planificada. A diferencia de otras entidades públicas,
en las universidades, por tener autonomía presupuestal y financiera; esos
recursos no se devuelven al presupuesto nacional, sino que quedan en la
institución y pasan a la vigencia siguiente, en lo que se llaman recursos del
balance para su ejecución.”
Ø Del rubro del área de investigaciones solo se asignaron 51.3 millones
de pesos a la investigación y se distribuyeron 869 millones de pesos a otras
áreas como construcción y mantenimiento de sedes.
“La observación de la Contraloría
de que no se invirtió el 15% para investigación no es correcta. La universidad
en el año 2011 invirtió entre el 17% y el 18% de sus recursos para
investigación. Estaba por encima del requerimiento normativo.”
Ø La Contraloría aseguró que excedieron los incentivos a dos docentes y
que eso generó un presunto detrimento patrimonial de 24 millones.
“No compartimos la observación de
la Contraloría. El acuerdo a que hace mención dice que los incentivos no deben
superar el 70% de la asignación anual salarial del docente. La Contraloría
pidió unas certificaciones de salario mensual en la oficina de personal de un
profesor de Psicología y otro de Comunicación Social. De acuerdo con esto,
multiplicó por doce y eso lo consideró la asignación salarial mensual. Resulta
que en realidad la cifra es mucha más alta porque en la asignación se incluyen
las prestaciones sociales: primas, bonificaciones, vacaciones, entre otros. Si
estos factores salariales se cuentan, porque hacen parte de la asignación
salarial mensual, entonces no es cierto que ese 70% se hubiera superado. Por
otro lado, esa observación nunca fue transmitida a la Universidad y, por lo
tanto, no se tuvo la oportunidad de controvertirla o de aclararla. “
Ø La Contraloría aseguró que se generó un presunto daño patrimonial por
30 millones de pesos, por algunos anticipos que no se legalizaron con algunos
contratistas. ¿A qué hace referencia exactamente?
“Son dos contratos del 2008 que
se hicieron y tuvieron dificultades en su ejecución. Cuando la Contraloría
elaboró el informe, era cierta la irregularidad, porque los anticipos no se
habían legalizado, pero antes de finalizar el año, los problemas con esos
contratos fueron solucionados.”
Ø También llama la atención el
ente de control, por algunas cuentas bancarias que no se abrieron para el
manejo de algunos convenios.
“En auditorías anteriores la
Contraloría ha hecho observaciones en el sentido de que la Universidad tiene
muchas cuentas, que por cada proyecto se abre una cuenta. Lo que para ellos en
versiones anteriores, dificulta el control. La Universidad atendiendo esa
observación de años anteriores, decidió resumir el número de cuentas y en el
caso que llama la atención la Controlaría, es un convenio cuyos recursos fueron
a parar a una de las cuentas de investigación y proyección de la Universidad,
por eso no se abrió la cuenta adicional.”
Ø ¿Cuál es su opinión de la función de advertencia que emitió la
Contraloría?
“Nosotros compartimos como
universidad esa posición de la Contraloría. La función de advertencia se
relaciona con el pago de estímulos a dos coordinadores por un proyecto de
recuperación de cartera. La función de un coordinador no se limita al aspecto
académico sino también, a la gestión financiera y administrativa
correspondiente. De hecho, los estímulos no se han cancelado y compartimos con
la Contraloría su visión.”
Ø Los Fondos Especiales fueron duramente cuestionados, ¿Existieron los
controles requeridos?
“La oficina de Control Interno
realizó 26 auditorías a los procesos de Fondos Especiales. Decir que no se está
cumpliendo la misión funcional, porque los fondos no son universidad, no es
cierto. Los Fondos Especiales son universidad, porque son un mecanismo en el
que se descentraliza la ordenación del gasto en las facultades a través de sus
decanos. No son fundaciones, organizaciones externas ni se manejan de manera
externa. La universidad goza de autonomía. Esto le permite darse su propia
organización y el Consejo Superior Universitario desde el año 2000, decidió
organizar administrativamente las facultades a través de los Fondos Especiales,
no es algo que se haya inventado en los últimos años.”
Ø ¿Por qué se manejan los postgrados por Fondos Especiales?
“Los postgrados se administran
por fondos especiales porque son autofinanciados, no son subsidiados por el
Estado, entonces eso permite separar los recursos de autofinanciación de los de
subsidios del pregrado.”
Ø ¿Cómo está la cartera de la universidad?
“La universidad tiene un esquema
para la recuperación de la cartera. Tiene los pasos normales como el cobro
persuasivo, sino se cumple se pasa al cobro coactivo. Esto ha dado resultados.
El volumen más importante está en Postgrados, que ya se ha venido depurando.”
Ø ¿Y en los pregrados?
“El problema del pregrado es más
complejo. Un estudiante que deja de pagar dos o tres cuotas de un semestre, no
regresa. Es una deuda de difícil cobro, porque un estudiante que se retiró de
la universidad porque no tenía como pagar, es complejo que regrese a cancelar.”
Ø ¿Qué estrategia se podría
utilizar para traer a esos estudiantes, que por su difícil situación económica
suspenden sus estudios y aumentan los niveles de deserción?
“Hay muchos caminos. Los
estudiantes tienen los programas de Bienestar Universitario. Aquellos que
tienen mayores dificultades en el momento del pago son los estudiantes de
estrato 1 y 2, especialmente. Desafortunadamente, muchos de ellos no hacen uso
del crédito del Icetex, quizás por la experiencia de deudores anteriores,
cuando era muy oneroso y en vez de ser una ayuda se convertía en un dolor de
cabeza; pero eso cambió. El Icetex para estratos bajos es a cero el interés
real, lo único que cobra es el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Además,
si el estudiante obtiene un promedio importante en su carrera, le hacen incluso
el descuento hasta del ciento por ciento, si el examen Saber Pro es
sobresaliente.”
Ø ¿Por qué se presentan las diferencias de saldos entre los sistemas
financieros y el de matrículas?
“Es cierto. Es algo en lo que
estamos trabajando para corregir desde hace algún tiempo. Hay un problema de
interfase entre los dos sistemas. Para el sistema financiero, el Linix, un
estudiante no es cartera, no es deuda, cuando el estudiante ha dejado de
matricularse. En el sistema académico sí lo es, y ahí empiezan a presentarse
diferencias en la información. Este problema lo estamos corrigiendo,
desafortunadamente el sistema Linix es contratado y cualquier ajuste o cambio,
exige muchos trámites.”
Recuadro: El detrimento de Jesús Antonio Motta Manrique
En el 2006 hubo una comisión de
estudios a un docente de la Usco, con múltiples prórrogas y adiciones. La
última se venció el 31 de diciembre de 2010. El contrato fue por 415 millones
de pesos. ¿Cuál fue exactamente la situación que se registró?
“El caso se relaciona con el
exdocente Jesús Antonio Motta Manrique. La norma existente en el momento, en el
año 2006, establecía que las comisiones de estudios generaban un contrato
anual. La comisión de estudios era una sola, sino que, para efectos del
contrato, se hacían prórrogas anuales. El profesor cumplió dentro de los
compromisos contractuales, con las dos primeras prórrogas. La tercera fue
incumplida porque su compromiso era graduarse y vincularse con la universidad.
Resulta que no hizo ni lo uno ni lo otro. Por la prensa tuvimos conocimiento de
que el profesor tenía una condena penal. Inmediatamente nos comunicamos con la
Fiscalía para que nos certificaran si eso era cierto. Se le comunicó al CSU,
que estudió la situación y tomó la decisión de revocarle la comisión por los
problemas legales que afrontaba el profesor. Como administración nos
comunicamos con la Universidad en la cual él estaba estudiando, porque el rumor
era que el profesor ni estaba matriculado ni estaba allá; porque supuestamente
estaba huyendo de la justicia. La Secretaría General de la universidad, en
Quebec (Canadá), respondió que el profesor sí estaba matriculado en un programa
de doctorado de Ciencias de la Información. Procedimos a convocarlo para que se
reincorporara a la universidad. El presentó una renuncia motivada, la cual no
fue aceptada porque él tenía un compromiso de vincularse nuevamente con la
universidad. Por lo tanto se inició un proceso administrativo para declararlo
insubsistente, porque pasó el plazo para que se presentara en la universidad y
no lo hizo.
Se hizo el debido proceso en
tiempos y traslados. Se contestaron las observaciones que presentó y finalmente
el proceso de desvinculación quedó en firme. El profesor perdió su vinculación
con la universidad. Posteriormente se cobraron las pólizas que cubría su
comisión de estudios, a la fecha se han recuperado 196 millones de pesos, por
parte de la aseguradora que tenía cubiertos los contratos. La Contraloría dice
en el informe que la falta de gestión de la universidad permitió que el
profesor se insolventara, lo que hace imposible hoy en día recuperar los
recursos. Cerca de la mitad de los recursos fueron recuperados vía póliza, pero
esa observación tampoco es cierta. A raíz del informe de la auditoría, nosotros
presentamos una solicitud a la Superintendencia de Notariado y Registro, para
establecer los bienes que tenía el profesor. La respuesta fue que desde los
años 70, él no tenía ningún bien registrado notarialmente. En este caso sí hubo
un detrimento patrimonial causado por el profesor Motta, no por la Universidad.
Él fue el que incumplió. Parcialmente hemos recuperado vía pólizas, importantes
recursos de esta comisión.”
GINNA TATIANA PIRAGAUTA G.
LA NACIÓN, NEIVA
3 comentarios :
se puede considerar que los fondos especiales son las caja menor de la Uscoa., alli nadie revisa , controla los movimientos de estos rubros independientes
al interior de la USC O se carece de las figuras de PLANEACION, COORDINACION, CONTROL, no operan ni mucho menos el mejoramiento continuo que exige hoy el sistema de gestion de calidad. existe es una corrupcion total, falta de berraquera para tomar decisiones ni el Rector ni el consejo superior universiatrio pues ambos son coadministradores
igual manera con el BIENESTAR UNIVERSIATRIO que es una republica independiente donde nadie informa, ni mucho menos van a las visitas domiciliarias, lo hacen desde su puesto de trabajo si van a laborar, mucho menos revisar ese restaurante universitario, donde nadie los controla, menos los supervisores de estudiantes , ni la contratista interventora que paga la usco, porque los compran con una comida, triste y lamentable esa situacion de esta universidad. con la señora del restaurante que es vitalicia dentro de la universidad
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